martes, 30 de junio de 2015

Presentación

Buenas.
Mi nombre es Joaquín Rodríguez aunque en esta ocasión utilizo mi seudónimo de "Juan Droque Irigoz".
Agradezco mucho que hayan podido visitar este blog donde particularmente voy a subir en distintos tomos una historia en particular que se basa (como bien lo dice el título) en las denominadas Ciudades Planetarias. De cualquier forma habrá más sobre eso en los propios escritos.
Quizás si aclarar que la primera entrada será sobre un poco de información sobre este mundo y los mapas, que han sido realizados por la gran artista Vanesa Sozio, a la que agradezco muchísimo más de lo que puedo decirle.
Nuevamente gracias por leerlo y si les gustó por favor compartanlo con quien crean que puede disfrutarlo, la página de facebook del cuento es: https://www.facebook.com/historiaciudadesplanetarias
Hasta luego.

PD: Las fechas de las entradas del blog son erróneas, y están colocadas de esta manera solo porque quiero darle un orden particular (desde el primer texto hasta el final de los cuentos) y es la única forma que encontré. Muchas gracias por entender.

lunes, 29 de junio de 2015

Conocimiento Básico Enciclopédico sobre Ciudad Mercurio.

Tomado de la obra magnánima “Biografía sobre Lino”


Una de las nueve ciudades de la zona nueve. Como el planeta en el cosmos, también es la ciudad más chica de todas, tiene exactamente cien calles horizontales y cien calles verticales de 50 metros cada una que le otorgan un total (sin contar los muros) de 25 kilometros cuadrados llanos y una población que se calcula en un millón y medio de personas.
Las áreas que se pueden destacar en esta ciudad son:


  1. La Loma. Un cuadrado de unos 1000 metros cuadrados en el centro exacto.
  2. El sector Sur.
  3. El sector Norte.


No están claramente delimitados por ninguna línea pero cada persona sabe a que lugar pertenece aunque algunos traten de evadirlo. El único área en el que viven las familias más pudientes es en La Loma, las personas del sector Sur y el Norte poco tienen de diferente entre sí.


(El mapa al pie de esta entrada podrá orientarlo mejor)


Los orígenes de esta ciudad como los de las otras son desconocidos, pero se dice que los muros fueron construidos para salvaguardarnos de los fuertes vientos que nos azotan (sabiduría popular que pasa a través de las generaciones) por eso mismo deben tener la altitud que tienen.


Dato importante: Aunque la sabiduría popular diga todas estas cosas, ningún habitante (por lo menos en el momento en el que estoy escribiendo esto) sabe que vive en “Ciudad Mercurio” ni que haya otras ciudades. Simplemente vive, poco le importa lo que suceda fuera de los muros de sus propias viviendas y de las de la gente que aprecian. Mucho menos les importa el nombre que algunos dan al terreno que pisan a diario.


Yo tampoco sé esto.


Lo que sí sé es que comemos gracias a las cajas que intercambiamos por el dinero que ganamos. Obviamente este dinero lo conseguimos trabajando, aunque no sea tan fácil, y las cajas nos las dan los asistentes del gobernador.


En otras ciudades se organizan grandes grupos de policía pero en Ciudad Mercurio no. Simplemente hace tiempo que aceptamos nuestro lugar en la cadena y tratamos de sobrevivir.

Yo soy Lino y este es todo el conocimiento que tengo acerca de Ciudad Mercurio.

domingo, 28 de junio de 2015

sábado, 27 de junio de 2015

Capítulo 1

Cae la tarde y el mundo vuelve, una vez más, a teñirse de un gris insípido que nunca se va a oscurecer más.
Eso es lo que destruye el mundo de Iluné. Él es un mensajero y nada más que eso lo mueve a vivir, correr de un lado a otro, llevar problemas de otras personas por la ciudad, y luego sus respectivas contestaciones.
Es obvio que si solo se contara la historia de Iluné como la de cualquier otro mensajero uno solo tendría que leer en la enciclopedia mundial la definición y nada más, pero para aquellos que no estén familiarizados con el término paso a explicárselo.
Un mensajero es, el día de hoy, una persona que obviamente lleva mensajes. La diferencia entra cuando uno está hablando del tipo de mensajes, ya que Iluné es un P-mensajero, o sea Problema-Mensajero. Él solo lleva ese tipo de mensajes con su correspondiente vestimenta que lo difiere de todos los otros mensajeros que circulan constantemente por todos lados.
Además de su tipo están los C-Mensajeros (Caja-mensajeros que suelen llevar paquetes importantes y no tanto); los N-Mensajeros (Normal-mensajeros que suelen transportar mensajes de cualquier índole siempre y cuando no conlleve al destinatario un problema), y finalmente los U-Mensajeros (Único-Mensajeros que son destinados en un único recorrido siempre o por lo menos siempre trabajan para un particular en específico).
Los mensajeros son personas comunes que, en general, necesitan dinero y ven en la mensajería la forma de ganárselo por ese día.
Todos los mensajeros hablan entre sí para comunicarse por algún problema en el camino salvo los U-Mensajeros, ya que estos son en general extremadamente precavidos y reservados. Además ellos siempre van armados con suficiente tecnología para matar a más de 20 o 30 personas con un solo disparo de onda o Alejador como ellos mismos les dicen, y si están en el suelo conviene mantenerse alejado a una distancia considerable porque no tienen siquiera munición limitada y a cualquier persona que se acerque o siquiera haya quedado en el camino durmiendo lo asesinan impunemente.
Cabe aclarar si el lector no se dio cuenta, que los mensajeros no suelen ir por el suelo (ni siquiera los P-Mensajeros que son los de más baja paga y por ende estatus social). Toda la ciudad está interconectada por cables que se sabe que en otra época llevaban líneas de “teléfono”, un dispositivo por el cual las personas podían comunicarse con solo levantar un tubo y hablar por él, pero toda esa tecnología del pasado quedó obsoleta luego del estallido electromagnético del año 0. Por suerte ya la tecnología para transportar se había automatizado lo suficiente y una empresa “MeISA” o sea Mensajeros Instantáneos Sociedad Anónima, tomó la idea de los cables y perfeccionó un dispositivo que funciona como una especie de polea con un motor y con manijas móviles por lo que el operador con solo presionar uno u otro botón o girar determinada manija ya puede acelerar o frenar y así moverse por los cables.
Cada vez que uno quiere hacer un giro debe parar contra un poste y girar sobre él, además, los U-Mensajeros suelen tener un pequeño gancho retráctil para hacer los giros más fácilmente y de manera más rápida.
Iluné y todos los mensajeros comunes tienen una desventaja que es su dispositivo, a ellos los nuclea MeISA, y les da un “Dispositivo de Transporte Alternativo” (como a ellos les gusta llamarlo). En ciertas ocasiones los frenos del DTA dejan de funcionar y por día mueren más de 200 mensajeros a los que no se les chequea su gancho (como lo llamamos nosotros) por eso es que el trabajo de P-Mensajero es tan solicitado y tan tristemente aceptado.

Los U-Mensajeros desprecian a todos los que no son ellos o sus jefes, ya que creen que todos los que no pueden contratar su servicio son menos que humanos pero nosotros creemos que ellos son tanto más inferiores ya que no quieren siquiera darle los planos de sus DTA´s a MeISA para que desarrolle mejores y así salvar a mucha más gente. Iluné hace ya 3 años que trabaja de P-Mensajero y creen que tiene demasiada suerte. Incluso sus compañeros lo molestan insinuando que va a tener que pagarla cuando muera, él no les hace caso pero sabe que sobrevivió demasiado ya y que no le queda mucho si sigue trabajando de lo mismo aunque él siga arreglándose su aparato cada tanto (y los de sus compañeros más cercanos).

viernes, 26 de junio de 2015

Capítulo 2

No puede desistir de su trabajo ya que sino moriría de hambre y prefiere que su muerte sea repentina y sin tanto sufrimiento, por eso vive al límite. Escucha mensajes en la calle 1H y 1V y tiene que ir a decirlo a veces hasta la 100H y 100V.
Llega a la 1H y 1V (MeISA) y le dicen que aunque los N-Mensajeros ya llegaron con las órdenes del día hoy, se le encargó un pedido especial y tiene que ir a anunciarle a un empleado administrativo de la empresa que está despedido.
Iluné sabe de quien se trata y principalmente sabe cómo reacciona cuando le dicen algo que no le gusta, protesta pero lo fuerzan así que él comienza su recorrido hasta la casa de Piorel, el empleado.  El día parece burlarse de lo soleado y el viento incluso parece fresco. Toca la puerta, este sale con su prepotencia y lo ve a Iluné encogido ante su sombra.
-¿Que querés -le susurra en voz alta- imbécil?
Iluné no entiende el tono pero sabe que tiene que cumplir su trabajo, no espera más tiempo y lo dice -MeISA me pidió que venga a decirte que no quieren que vayas más al edificio empresarial.- Incluso se siente bastante bien decir este mensaje a aquel hombre que tantas veces lo molestó.
Piorel se queda mirando a la nada, unas lágrimas brotan de sus ojos y cuando se sienta en el piso y se larga a llorar, Iluné puede ver adentro a los 3 nietos que quedaron a su cargo después que su hijo muriera gracias a una U-Mensajera.
Iluné no puede creer que haya pensado que se sentía bien decir eso, se siente que perdió el alma, sabe que no es lo que tiene que hacer pero se sienta al lado de aquel Goliat que hace tanto tiempo lo molestaba y le comparte algunas de sus lágrimas, lloran juntos un tiempo y el semigigante le confiesa que lo sospechaba hace tiempo pero que no lo contratan de ningún lado, que se sentía solo y ahora más que nada le daba mucha pena por sus nietos. Piorel lo invita a quedarse a comer aunque sea hasta la noche por todo lo que pasó y en método de agradecimiento por la tarde pasada. Poniendo en peligro su trabajo aquel mensajero acepta su agradecimiento y la comida. Al terminar de hacer dormir a sus nietos, el recién despedido saca una pequeña botella de licor, guardada hace demasiado tiempo, antes que todo se desequilibrara y la abre para compartirla, toman un vaso cada uno y en ese momento Iluné se da cuenta que se tiene que ir, ya pasó demasiado tiempo sin volver a su casa, y necesita dormir para estar perfecto el siguiente día.
Saluda a su nuevo amigo, le desea suerte y reza una pequeña oración por y con él. La dice de memoria por recuerdos que le llegaron de su abuela que lo cuido por tanto tiempo y que se habia pasado la vida repitiéndole aquellas frases entrelazadas sin sentido para alguien que apenas conocía a quien le hablaban aquellas palabras. Piorel lagrimea pero con una sonrisa lo despide y vuelve a darle las gracias antes que Iluné salga impulsado hacia el cable más cercano. Ya en su casa, no necesita comer y solo duerme.

jueves, 25 de junio de 2015

Capítulo 3

-El señor Marcken se encuentra ocupado, por favor llamelo nuevamente más tarde- Dijo tranquilamente el tono del teléfono. Al supervisor le pareció gracioso que incluso se hubiera molestado en hacerle grabar eso a alguien y seguramente luego lo tendría que haber matado. Esa línea entre ellos dos era magia para cualquier persona que la viera, es más, nadie sabía nunca cómo era posible la comunicación tan rápidamente entre ellos dos, y se rumoreaba que había una especie de tubo neumático que llevaba toda la información de un lado a otro, de su oficina a la de su jefe. La verdad era aún más mística.
Eran (según su entender) de las pocas personas que todavía tenían este sistema, y cuando la gente veía el aparato pensaba que era cualquier cosa menos lo que era, simplemente porque en su vida jamás se habían cruzado con nada parecido, y si lo habían escuchado había sido en mitos a los que les daban tanto crédito como a esos en los que se decía que había un gran ordenador de las cosas y que mandaba a esto y aquello.
Bien, el supervisor no creía en esto último pero bien le podía dar crédito luego de haber visto funcionar y utilizar él mismo el teléfono. Este hombre había renunciado a todo tipo de vida fuera de la fábrica para trabajar con su jefe y prácticamente dueño, el señor Marcken. En este caso había aparecido en su puerta al despertar un pequeño papel que rezaba:


“Sumamente Importante:
Supervisor comuníquese con su jefe al despertar.

Crecio Marcken”

Esto había intentado hacer pero claramente no había caso, tendría que ir hasta la oficina central para hablar personalmente. Se vistió apropiadamente y comenzó a caminar hasta la escalera que lo llevaba hacia los pisos superiores, administrativos, y finalmente a la Dirección.
Dio la vuelta esquivando a algunos de sus anteriores conocidos, prefería directamente no entablar ninguna conversación desde que había asumido el cargo mayor ya que tenía miedo de decir algo de más y causar la muerte innecesaria de aquella persona.
Su viejo compañero de cubículo fue el que se lo encontró en una de las vueltas de escalera y lo saludó, iba hacia el mismo lugar que él así que no tuvo opción y tuvo que seguirle la conversación.
-Felicitaciones por el puesto, Supervisor- Algo despectivo había sonado en esa última palabra, él recordaba como solían referirse al que ocupaba ese puesto y entendía la ironía, río y respondió.
-Gracias Casio, en este caso no hay problema con el hecho de que vos me llames por mi nombre- Y añadió más seriamente -Nadie se va a enterar-.
-Preferiría que no Supervisor. Igual no es por miedo, es por precaución-
Le dolía escuchar esto, podía haber pasado de puesto, quería dejar todo atrás, pero su hermano, su mayor pilar hasta ahora se sentía amenazado. No, no era dolor lo que sentía, era enfado, sentía que si no lo conociera lo suficiente, le contaría todo, provocaría su muerte, y dejaría huérfanos a sus hijos. Fue un pensamiento instantáneo, al momento continuó
-Ambos somos personas y nos conocemos lo suficiente como para dejarnos de idioteces.-
-Si, pero en este caso acordate que tengo hijos y una esposa a la que amo- y luego añadió -Aunque ahora no se si no se irá con el nuevo supervisor.-
-Jamás en la vida, Casio. ¿Te quedas acá?.-
-Si, quizás algún día de estos nos volvemos a cruzar por casualidad, hasta luego supervisor.-
El supervisor se acercó y lo abrazó
-Chau- Dijo al oído, como un pequeño pedido de ayuda, un momento de debilidad.
Se separó y lo dejó irse un tanto atareado por la situación, él continuó subiendo y finalmente llegó a la puerta que rezaba:

CRECIO MARCKEN
Director Ejecutivo

Inspiró y golpeó cinco veces la puerta en un orden específico que marcaba que era él.
Al instante se abrió la puerta.
El hombre de treinta y dos años abrió tan airadamente la puerta que el supervisor pensó que bien podría haber sido un niño de quince. Esa simple idea le dio escalofríos aunque no estuvo muy seguro del motivo.
-Finalmente supervisor, estaba esperándolo hace más de una hora.- Lo miro a los ojos y sonriendo le dijo -Acordate que solo trato con vos.-
-Lo llame, señor, pero no me atendió usted, sino que me respondió una máquina que no estaba disponible.
-¡Ay! Genial, ya escuchaste mi contestador, no creo que tenga mucha utilidad pero leí lo suficiente sobre ese tema como para saber que tenía que tener uno, y le pedí a uno de los mecánicos de la compañía que me lo fabrique y a uno de los mensajeros que lo dijera, seguro que pensó que era rarísimo que le hiciera decir eso al aire pero bien, ahora no importa, no te llamaba solo por mi aburrimiento- y luego añadió más serio -Necesito algo que solo te puedo pedir a vos.
No era la primera vez que le decía eso pero igual río por el chiste, quizás por cortesía o quizás porque realmente era lo más parecido que ahora tenía a un amigo.
-Diga que necesita y lo hago.-
-Bien, entonces en ese caso necesito a la mejor mensajera del equipo. Tengo una misión cuasi única, necesito que se haga ahora mismo.-
-Se a quien decirle, pero ¿Qué es lo que tiene que hacer?-

-Esa es la parte interesante.-

martes, 23 de junio de 2015

Capítulo 4

Ciento treinta y tres kilómetros por hora es la velocidad promedio que maneja aquella mujer cuando va por la calle, balanceándose va en busca de su próximo objetivo al que entregar el mensaje siguiente. Visualiza a los pobres infelices que la ven como a alguien superior y a los cuales ella podría asesinar con un simple pensamiento. Siente el poder que posee su presencia y figura incluso entre los ricos habitantes del sector privilegiado de “La Loma” como es conocida por todas las personas que no viven en ella.
Todos saben que si utilizara su Alejador en esa zona y específicamente contra esas personas posiblemente la asesinaran antes del segundo click pero de cualquier forma observa, vehemente, el poder que lleva en su porte y esboza una macabra sonrisa de satisfacción. Su mensaje de hoy es simple ya que el señor Marcken le dio hoy una tarea que en general se le daba a los principiantes, debía ir hasta la casa que se encontraba en la cima de la Loma, la del gobernador y entregar el documento que le había sido brindado para que se lo pasaran luego a este. Amaba las líneas de la loma ya que estaban sumamente cuidadas y podía utilizar su DTA al máximo potencial, como lo había modificado ella y ademas practicar las maniobras que inventaba para manejar el dispositivo.
Giros extraños, divertidos, pero ante nada útiles para esquivar a cualquier persona que se le interponga son los que realiza. Ella nada en el aire y se zambulle en las alturas como si hubiese nacido allí.
Pero ella no nació en el aire, al contrario nació en lo mas profundo de la tierra. Oscuro y amenazante el gran hospital público que correspondía a todos los habitantes de las 50 calles al sur emergía entre las casuchas de lo que ella consideraba su barrio natal. Su madre, no era ninguna soñadora ni visionaria, ni siquiera era pesimista en la vida, simplemente la había concebido con su marido porque era lo lógico. Para ella dos más dos eran cuatro, y tener un hijo era lo que debía hacer. Berena, su hija, aunque deseada, no nació esperada realmente, simplemente le dolió a su madre lo suficiente como para que ella la notara, salió y fue una mancha más del paisaje. Tuvo a ambos padres hasta la edad de quince años cuando su madre murió y a ella no le cambió absolutamente en nada. El sol siguió saliendo por el norte, poniéndose por el sur, los días se sucedieron uno detrás del otro y a sus dieciocho años dejó su casa sabiendo que al morir, quien quiera que la conociera, lloraría por ella.
La única pasión que la cautivó desde el principio, que la movió, fue el transporte por DTA, si le hubiesen ofrecido clases de vuelo no las hubiese aceptado, era ese escalón medio el que le fascinaba, lo útiles que eran los mensajeros y el poder que inspiraban los U-Mensajeros.
A los diecinueve años se encontraba observando una de las encrucijadas por donde cerca de veinte mensajeros pasaban por minuto y un C-Mensajero tuvo la mala suerte de no ver que antes de él cruzaba una mujer a una velocidad increíble y con un pequeño dispositivo luminoso en su cinturón. Un pensamiento después, ese hombre yacía muerto a treinta metros de donde estaba antes y su dispositivo a unos pocos pasos de Berena.
Dudó, pensó y sintió su ética desaparecer mientras corría por las calles con su nueva herramienta.
Ya en el pequeño galpón vacío que había adoptado como casa se puso a trabajar. No tenía un espacio con una superficie más grande que cinco metros cuadrados, y además para sobrevivir tenía muchos aparatos que cuidaba a cambio de algunas monedas. Tomó una especie de superficie que le sirvió como banco de trabajo y cada vez que desarmaba algo, rearmaba y desarmaba todo el dispositivo de vuelta varias veces para recordar el proceso, al final sabía exactamente cómo estaba compuesto y cómo funcionaba ese sistema de poleas. Ese fue el momento cuando se dio cuenta las formas de modificarlo.
Tenía las herramientas necesarias y los conocimientos suficientes de ese tipo de mecánica que le había enseñado el anterior dueño del galpón. Pero tenía un problema, no poseía ni las piezas ni el dinero para comprarlas y eso la truncaba indefectiblemente.
Estudio muchas posibilidades: Esperar a que otros mensajeros cayeran y robar sus DTA´s; entrar a escondidas en MeISA y robar algunas pieza; lo más absurdo fue pensar en fabricarlas ella misma y en ese momento se dio cuenta que estaba muy cansada ya. Levantó la vista y de repente, todos los aparatos que guardaba en su galpón se convirtieron en todas las piezas que necesitaba, armadas todavía en los autos; cortacesped; algunos viejos aparatos de persianas electrónicas; incluso había encontrado un viejo ordenador que su vecino adyacente le había dejado para que se lo cuide, esa vez no dudó.
Rápidamente despedazó todo aparato que existía hasta tener solo piezas, probó, modificó, intentó e ideó algunas mejoras más que no podía realizar con aquellas piezas, y se dió cuenta al instante que ese era el mejor dispositivo de transporte alternativo que nadie hubiese creado jamás. Al instante se perdió entre las primeras luces del alba sin decir adiós.
Desde aquel momento ya pasaron años, con su nuevo dispositivo llegó un día hasta MeISA, cuando se anunció se rieron de ella, pero también sabía que era nada, sabía que todavía nadie iba a llorar por ella cuando muriera, sabía que tenía que demostrar lo que tenía para ofrecer y aprovechó un pequeño cable de luz que se extendía hasta oficina del director de MeISA para demostrarlo, ese cable no hubiese aguantado a ningún mensajero pero ella era lo suficientemente liviana y sabía lo que tenía que hacer, salto, dio tres giros y al cuarto un gancho retráctil la atrapó en el aire y la atrajo hasta el supervisor, no sin antes brindarle la suficiente lucha para que este se sintiera avergonzado. Cuando Crecio Marcken se enteró de lo que había pasado por sus sirvientes, “echó” a ese supervisor (en realidad lo mandó a asesinar) llamó a uno nuevo y le dio la oportunidad de hacer lo que quisiera con la intrusa, este la tomo como la cuarta U-Mensajera del equipo y su jefe lo aprobó. Desde ese momento ella quería mucho al Supervisor y lo tenía como un padre al que trataba de impresionar cada vez que le era posible. Incluso era la única persona que (cuando estaban solos) le decía por su nombre, Tireno. Y él no se ofendía ni se preocupaba, sino que la abrazaba cuando hacía las cosas bien y la amenazaba con la muerte cuando hacía las cosas mal, ella sabía que sería incapaz pero eso la impulsaba a continuar.
El camino hasta la casa del gobernador era muy fácil y tranquilo, por eso cuando llegó hasta la puerta se quedó unos minutos esperando tranquila sin apuro ya que no le habían dado orden de urgente. Pasó la puerta y como ya la conocían la dejaron ir a entregarlo personalmente. El gobernador le dio las gracias y abrió el mensaje y lo leyó para sí murmurando las palabras, finalizó y tomó un pequeñísimo paquete, parecía una cajita del tamaño en la que algunos guardaban sus lapiceras especiales, pero estaba envuelta, a ella se le ocurrió que podía ser un regalo y aunque la curiosidad la carcomía, jamás se le ocurrió ni preguntar ni siquiera suponer el abrirlo. Este se lo entregó y le dijo que se lo llevara a Marcken. Ella lo tomó y lo guardó en compartimiento donde llevaba los objetos especiales.

Comenzó su vuelta pensando en volver tranquila sin apuro pero sus ansias de velocidad y adrenalina fueron mayores, en unos segundos estaba bajando a toda velocidad por las líneas. Ahora sin embargo se sentía extraña, sentía que en el siguiente giro se encontraría a alguien conocido pero peligroso, no estaba muy segura que era, pero la inquietud le hacía mirar más para los costados que para adelante mientras iba loma abajo, a más de cien kilómetros por hora y esta actitud no era muy recomendable. Se encontró en el cielo sin darse cuenta a otra persona, lo pensó, el alejador funcionó, pero al revés de lo que solía pasar, hizo un pitido y realizó su impacto sobre ella, ¿O era el cuerpo de la otra persona? Cayó al suelo y recordó que la regla esencial era siempre mirar al frente, creyó que sería lo último que recordaría.

domingo, 21 de junio de 2015

Capitulo 5

Iluné no comprendía que había sucedido, estaba yendo a entregar un mensaje al gobernador, uno de suma importancia según le había dicho el que muchos llamaban el supervisor. Le había dicho que era urgente, y lo envió. Le había parecido muy extraño ya que en general este no llamaba a los mensajeros uno por uno, y se limitaba a dejar que sus órdenes se entregaran por una pantalla de dimensiones gigantes que estaba subdividida en las columnas: Mensajero; Dirección; Donde recoger el mensaje; Donde llevarlo. Hoy sin embargo el mensaje que le correspondía a él, decía “SUPERVISOR, URGENTE”. Él no tuvo intención de hacer esperar a nadie y corrió hasta la oficina. Ya ahí, el supervisor le dio un mensaje escrito, él no solía realizar este tipo de cuestiones sino que le decían el mensaje y él lo repetía pero supuso que no hacía falta preguntar por lo que estaba dentro de ese pergamino. Lo que decía claramente era un problema, suficientemente serio para que quizás el gobernador deseara priorizar su furia antes que la vida de un innecesario P-Mensajero y lo matara con sus propias manos. Eso era él hoy, el chivo expiatorio por los problemas de Marcken. Trató de quitar esa idea de su cabeza, y comenzó a volar entre las calles. Ya había entrado en la Loma, y de repente, lo chocaron, escuchó un pitido, pensó su muerte y simplemente cayó al suelo.
Se levantó y miró a su alrededor, una mujer de aproximadamente su misma edad, el rictus facial contraído y el alejador a su costado. Cómo era posible que no fuera él el que estaba tirado contra el asfalto negro, contrastando tristemente aquella imagen. Se dio cuenta que cuando lo contara no le creerían su suerte. Estuvo a instantes de huir por la línea antes que ella despertara y esta vez el equipo funcionara, comprimió sus piernas para hacer el salto pero algo lo invadió. ¿Qué era? ¿Pena por una mujer que había tratado de matarlo? ¿Caballerosidad instantánea?. No estuvo muy seguro pero se acercó a ella.
Comenzó por lo lógico que fue desconectar el alejador inmediatamente y dejarla en un lugar bien a la sombra del sol para que el calor no la calcinara con el asfalto, le curó las heridas con unos primeros auxilios un tanto toscos y finalmente la dejó acostada. Al chequear que su pierna y brazo izquierdo estaba lastimados seriamente, se los inmovilizó con unas rocas que había en la cercanía y salió instantáneamente recorriendo la línea para ir a buscar a su amigo y así con un vehículo poderla sacar de allí.
No había pasado más de media hora cuando volvieron al lugar. Sinceramente 1 creía que para ese momento ya habría algún medio de rescate o emergencia que hubiese llegado para ayudar a una U-mensajera, como solía pasar. Sin embargo, en ese momento se dio cuenta que algo claramente no estaba funcionando en el sistema normal del DTA de ella, ya que no había funcionado ni el alejador ni la emergencia instantánea. La tomaron de los hombros y la subieron al vehículo de su mejor amigo para llevarla hasta el hogar de Iluné donde esperarían que despertara.
Al comenzar a andar su amigo no pudo aguantar.
-Iluné, estás completamente loco, esta mujer puede destruirte y en este momento destruirme con un solo pensamiento, ¿No te acordás lo que le hicieron al hijo de Piorel? ¿Lo que todos los días nos hacen al no darnos los planos de sus aparatos? Se creen superiores porque tienen tal o cual característica y no son para nada mejores que vos o yo, -Hizo una pequeña pausa- mucho menos que vos. Con la cantidad de cosas que le haces a tu gancho si no sos uno de ellos es porque no querés, porque sos honesto y humilde. Sabes que ese puesto es para las personas con más ego que otra cosa.-
-Tranquilo, es posible que sea tan mala persona como vos decís, lo sé, pero principalmente pensá que si la ayudo o más bien ayudamos, nos puede dar el plano.- Liro lo miró sorprendido- Sí, ya sé, viste que no soy tan altruista.
Liro miró fijo al camino un tiempo, luego remató. -No te hagas el deshonesto, el egoísta, porque te conozco, vas a usar esos planos para arreglar todos los DTA´s de los mensajeros como vos. Te conozco desde que teníamos dos años, no soy tan imbécil.
Iluné lo pensó, es posible que ayudara a las otras personas, pero en realidad aunque su propio amigo no le creyera, dentro suyo lo hacía solo por si mismo (y tal vez también por ella) Sabía que con su dispositivo no sobreviviría más de un mes aunque lo limpiara a diario, y sabía que MeISA no le daría otro por mucho tiempo.
Una vez llegados al lugar donde vivía Iluné todos los que vivían ahí se sorprendieron. Todos compartían un mismo pequeño patio en el medio de no más de 15 metros cuadrados, y alrededor de esa vivienda se extendían muchas puertas que estaban a un metro y poco más de distancia de la siguiente. En el centro había un árbol un tanto muerto, que otrora intentó darle vida a la pequeña vecindad a la que llamaban hogar y que ahora solo servía para focalizar más en la idea que todos los mayores de edad tenían ahí de la vida. La muerte convivía con los pequeños niños que portaban vida, alegría y principalmente esa extraña invencibilidad que llevan en su aura.

Una estridente sirena se oía, apagada por los miles de recovecos y paredes por los cuales el sonido rebotaba, se intensificaba y por momentos disminuía. Iluné tomo de la cabeza a Berena y abrió sus párpados. Observó que sus ojos continuaban inalterables, puso su mano suavemente sobre el abdomen de aquella mujer y noto que la respiración no había cesado por ende todavía había una esperanza y solo le quedaba dejarla descansar.

jueves, 18 de junio de 2015

Capítulo 6

-Mierda.- Gritó desaforadamente el supervisor, y golpeó la pared de madera, esta continuó exactamente como estaba pero de su mano no se pudo decir lo mismo, sangraba y tenía pequeñas astillas que se le habían incrustado.
Daba vueltas a la habitación sin encontrar su punto de referencia, el lugar donde quedarse, donde pensar y reflexionar para no golpear más paredes. Comenzaba a preocuparse porque Berena, su mensajera preferida, no volvía. Él sabía que algo extraño se escondía detrás de las órdenes de Marcken, ¿Por qué enviar a ella y luego, al imbécil del P-mensajero para que fuera en la misma dirección pero en sentido inverso? Tenía insultos y preguntas para su jefe casi en mismas proporciones, pero sabía que debía guardarlas. ¿Sería esta una prueba para comprobar su lealtad? ¿Sería simplemente la forma que tenía Crecio Marcken de divertirse mordazmente? Lo que era seguro era que no tenía sentido seguir preguntándose nuevamente lo mismo, fue hasta el pequeño botiquín que tenía y tomó algunas vendas que luego de mojar en agua de ley se colocó sobre su mano. Ardió unos segundos, derramó una lágrima. A los diez segundos no tenía ninguna astilla y ya tenía una cicatriz formada sobre su piel. Seguía sorprendiéndose de las maravillas que se habían logrado a nivel medicinal y recordó el problema del teléfono. Creyó, en ese momento, que si eso estuviera funcionando activamente y todos pudieran recibir tan solo un frasco de agua de ley por habitante la cantidad de personas que morirían a diario sería reducida por lo menos a la mitad. Al instante se dio cuenta la barbaridad que estaba pensando. ¿Cómo sobreviviría toda esa gente si no murieran todas las personas que morían. Para algo estaban las paredes externas, porque no se podían extender más, y en las intersecciones de las doscientas calles existía la cantidad justa de domicilios, todo estaba perfectamente calculado.

No, no podía ser solamente una forma de divertimento de su jefe, éste tenía que haber mandado a Berena con un propósito ahí, y si ella no llegaba era porque seguramente había sido una víctima más de las maquinaciones de aquel ser inescrupuloso.

martes, 16 de junio de 2015

Capítulo 7


Al abrir los ojos no vio más que oscuridad, su corazón se le paró por un instante al pensar que se había quedado ciega completamente. Tomó una bocanada de aire lista para gritar y vio una luz a su izquierda, se sintió aliviada y aunque era pequeña y su cuello le dolía, miró y vio su reflejo aunque un tanto cambiado ya que no recordaba su piel tan áspera. Su reflejo se movía asustado de lo que veía, como si no se reconociera, y ¿Se reconocía?. De repente aquel reflejo se vio las manos como invitándola a hacerlo.
Sus manos ya no eran sus manos, eran garras, tenía tres o siete dedos-garras y eran pardas por momentos y excepcionalmente brillantes por otros. Se asustó como quien está perdida en un remolino y sabe que tiene solo un destino, en el centro. Y aunque no sabe muy bien a donde lleva, sabe que no es bueno, sabe que no hay cosas inevitables que sean buenas, sabe que si no la muerte, un gran pesar la invadirá cuando haya pasado por aquella boca, por aquel fin ilógico.
¡Ey!- Le gritó Iluné, viéndola transpirar y gemir sílabas ininteligibles mientras se retorcía en su propia cama. La tomó de los hombros y en ese momento ella pareció calmarse, como quien luego de una gran tormenta y estar cerca de la muerte finalmente sale de esa zona y puede suspirar en paz, se relajó casi hasta un estado comatoso, casi que Iluné creyó que había muerto e hizo la prueba para ver si estaba realmente viva todavía, acercó su cabeza hasta el vientre de Berena y allí se quedó por uno, dos...
Finalmente reconoció la respiración que indicaba que todo estaba bien, quizás demasiado bien. De repente aquel hombre que solo se había preocupado por aquella mujer sintió dos manos que se aferraron a su ropa desde la espalda, y ya que no se lo esperaba lo hicieron volar hasta la cama adyacente. Cuando levantó la vista vio a su atacante/paciente lista en posición de ataque y sonrió.
-Tenés diez segundos para explicarme quién sos, qué es todo esto, donde estoy y cuánto tiempo pasó desde que caí dormida.- Exigió Berena.
-Bien, es un poco complicado- Mientras tanto iba contando con los dedos los segundos, con una sonrisa sarcástica comenzó - Soy Iluné, “Esto” es mi casa, creo que ya respondí la tercera pregunta con eso, y solo pasaron dos horas.- En ese momento su sonrisa se tornó en un rictus serio -Ahora tenés que volver a descansar, todavía no estás tan fuerte como para caminar y menos para pelear-.
-No necesito pelear, tengo mi ale…- Se interrumpió mientras tocaba su costado, pero no por el no tenerlo sino porque en un momento volvió a su cabeza todo, cayó sobre la rígida cama que no cedía centímetros ni siquiera cuando uno se tiraba con todo su peso como ella lo había hecho.
-Eso también- Dijo Iluné tratando de calmarla - No se que fue lo que pasó, pero no te voy a mentir, agradezco que pasó todo eso, porque sino yo estaría acostado ahora, y no precisamente vivo.
-¿Agradeces? ¿A quién agradeces?- dijo como desvaneciéndose

-A alguien, no se a quien, ¿Hace falta saber el remitente para enviar agradecimientos? Si realmente fue alguien que puede decidir si vivo o no, supongo que puede escucharme- Iluné miró para arriba con lágrimas en los ojos- ¡GRACIAS!.

Capítulo 8

Lino Marcken entró a la oficina de su padre, ese niño de tan solo 9 años sabía cosas que podrían haber derrocado gobiernos y tenía la conciencia de tales conocimientos. Por supuesto se manejaba en círculos muy pequeños y no conocía a más de 10 personas contando a sus padres. Pocas eran las veces que hablaba con alguno de ellos y si lo hacía era seguramente por un deseo (orden) de este.
Lino se pasaba los días recopilando información. En su misma cama tenía unas especies de gafas que llevaba todo el tiempo puestas, lo despertaban, lo hacían desayunar (comida real), le planteaban el día generalmente mejor de lo que era y luego le enseñaban. Horas pasaban de enseñanza de todo tipo, videos, cuadros conceptuales, explicaciones auditivas (aunque estas eran una cantidad mucho menor). La mayoría eran simplemente imágenes, una tras otra, que él asimilaba como si fuese alimento para sus células, naturalmente.
Este muchacho llevaba esta vida desde su primer año de existencia, y estaba tan acostumbrado que le disgustaba salir a aquella realidad fija, estable e imperfecta que lo rodeaba cuando se quitaba las gafas. Su misma cama estimulaba sus músculos para que no sufriera lesiones y continuara desarrollándose normalmente, además era tratado contra cualquier enfermedad que pudiera tener por el mismo sistema. Había una ocasión por día obligatoriamente en la que él tenía que dejar la máquina y moverse hasta el comedor. La cena era un momento en el que la familia (compuesta por esos tres individuos) se reunía noblemente alrededor de la mesa y compartían la incomodidad de estar al lado de personas que ni siquiera conocían. Lo máximo que llegaban a compartir era algunas palabras sobre el gusto que tenía la comida del día y en cada ocasión pasaría lo mismo, la madre sugeriría el aumentar el sueldo a sus empleadas, Crecio diría que era una locura. Ese sería el final de las negociaciones por esa noche, y tal vez por toda la semana.
Esa tarde mientras estaba viendo un video sobre estrategias de mercado el equipo se apagó y vio la habitacion semi-iluminada por la luz de la ventana que entraba. Una voz habló a la puerta. -Su padre lo llama a su oficina.- Nada más que eso y la puerta quedó entreabierta dejando entrar incluso más luz. Se cambió (todavía estaba semidesnudo en la cama), y no tardó más de media hora en llegar hasta la oficina de su padre en MeISA (que en otro tiempo sería suya). No necesitó llamar a la puerta y pasó directamente para ver a su padre haciendo números en el aire con una varilla de metal..

-Hijo- casi gritó el jefe de aquella compañía - que bueno que hayas venido hoy, hoy vas a recibir una clase mucho más real que la que te da esa máquina, hoy quiero que veas una clase en vivo de comportamiento humano, y no la vas a ver en un libro - apretó un botón en un control remoto y una pantalla se iluminó con la imagen de un hombre de aproximadamente unos veinte años atendiendo y ayudando a una muchacha muy bonita. La mujer en cuestión tenía el pelo por los hombros y castaño. No se veía el color de sus ojos ya que los tenía cerrados, pero uno podía adivinar que se trataba de unos ojos color café y una sonrisa que encantaría hasta a su propio desencarnado padre. Él, con solo nueve años se sintió impactado, sintió que quería estar en sus brazos, quería sentir su cariño, quería ayudarla y abrazarla sin siquiera haberla escuchado hablar. Envidiaba a aquel hombre que estaba a su lado y que podía manifestar en cualquier momento todo lo que él había sentido. Y no quiso volver a su cama, y no quiso volver a las gafas. Tomó una silla y se sentó. Lo que quisiera mostrarle su padre sobre aquella mujer él lo vería.

viernes, 12 de junio de 2015

Capítulo 9

Era ya la tercera vez que Berena había caído dormida desde que despertó aquella primera vez. Iluné no sabía nada de medicina pero era claro que su cuerpo todavía no estaba preparado para despertarse. Si la hubiesen atendido bien la hubiesen dormido, así habría descansado hasta el momento en que estuviera lista. Su sueño era tranquilo y por eso le pareció que era bueno dejarla un poco sola, salió de aquella habitación y afuera se encontró con Mirlo, su vecino que era casi un hermano para él. Desde que Mirlo había nacido siempre se había llevado bien con Iluné. Y este le había enseñado lo que sabía sobre mecánica para que pudiera arreglar todos los aparatos (incluyendo los DTA) así no tendría que trabajar como un Mensajero sino ayudar a todos ellos. Sabía que siempre y cuando Mirlo supiera todo eso, tendría más chances de sobrevivir en ese amargo mundo.
Iluné lo llevó a un costado, y le entregó el DTA modificado de Berena.
-Aprendé todo lo que puedas de esto, arma un plano de ser posible y después devolvémelo armado perfecto, ¿Sí?- Así lo preguntó aunque más sonó como una tarea de un sensei a su aprendiz.
-Claro- Dijo aquel muchacho de unos quince años - Pero ¿De donde sacaste esto?.-
-No importa ahora, es legal, pero prefiero que me lo devuelvas lo antes posible así que cerra tu taller aunque sea por hoy y dedicate a esto, se que te cuesta pero es mejor para todos.- Se dió media vuelta y entró nuevamente a la casa luego de lavarse la cara con un poco de agua helada en la canilla comunitaria.


Mirlo pasó las seis horas siguientes analizando ese dispositivo que era por lejos el mejor que había visto en toda su vida (incluso mejor que el de Iluné). Tenía más medidas de seguridad que las que cualquier U-Mensajero le ponía a sus DTA pero aquel genio de la mecánica no tuvo ningún problema para sortear uno tras otro hasta llegar a tenerlo completamente desarmado sobre una tabla.
Lo que más le impresionó fueron los materiales con los cuales estaba hecho. Eran los mismos materiales que los otros pero con algunos cambios de orden, algún engranaje más, una polea más y los resultados eran alucinantes: Duplicaba tanto la velocidad como la estabilidad.

A las seis horas y quince minutos estaba el dispositivo completamente armado nuevamente en la mesa de Iluné.